Thursday, July 15, 2010

SÁCATE ESE CASSETTE LATINOAMERICANO

No es un secreto que, del mundo entero los que menos gozamos de ciertos privilegios somos los latinoamericanos. A pesar de que América Latina es una territorio lleno de oportunidades y una tierra “virgen” para lo inversionistas, aún no nos hemos podido quitar el velo - exceptuando ciertos países - , de ser países pertenecientes al tercer mundo. Si bien es cierto que a pesar de la crisis económica globalizada por la cual atraviesa el mundo, aún en continentes como el europeo y el asiático, las oportunidades y calidad de vida son muchísimo mejores que las de esta latitud de la tierra.
Sin embargo, el vivir en Latinoamérica no es un requisito Sine qua non para ser personas del “tercer mundo”, ya que, a mi parecer la marginalidad como tal es un estado mental. Ahora bien y a lo que voy, a diferencia de Europa, donde lo primordial es el trabajo y la calidad de vida; en Venezuela - y hablo de Venezuela como ejemplo porque es el país donde vivo, pues puede que sea el caso, que lo que diré a continuación, también ocurra en otras latitudes de éste continente -, la gente se preocupa más por la apariencia: El mejor auto, el mejor celular, la mejor vivienda y la ropa más exclusiva.
Aquí es donde deseo hacer un alto y hablar específicamente de la vestimenta. No entiendo por qué razón, motivo y/o circunstancia, en Venezuela la gente en su mayoría y exceptuándo a mi persona por supuesto, pretende ir a lugares comunes y corrientes como centro comerciales, restaurantes estándares, cine y otros lugares; vestidos como si fuesen a una cita con el presidente de Rupúnia.
Casualmente, mientras escribía este post y a la mitad del tercer párrafo, entró en mi oficina un compañero de trabajo y al verme la manera como vestía me dijo: "¿Para dónde vas hoy? ¿Por qué tan bien vestido?" WTF???? Aunque aquí fue al contrario, es prácticamente a lo que me refería previamente: ¿Por qué debe haber un código MENTAL de vestimenta para lugares dónde no lo requieren, tales como centros comerciales, cines o algunos restaurantes?
Inclinándome un poco más a lo personal – que no era el objetivo principal -, pero sin desviarme mucho del tema, es obvio que no vendré a trabajar en bermudas o pijamas, aun y cuando tengo libertad de vestirme como quiera, pues trabajo en radio.
Pienso que los orígenes de éste “comportamiento” se deba a la manera de crianza - a Dios gracias mi madre, una mujer adelantada para su tiempo y obviamente con mente Europea, jamás nos crió de “manera latina” -, cuando las madres y abuelas al llegar noviembre compraban “la ropa del 31”… Sé perfectamente que más de uno habrá soltado una sonrisa, pues me atrevo a asegurar que ustedes también llegaron a oír frases como “Esta camisa y este pantalón no es para estar en la casa, es para salir” ó “Cuelga la ropa del 31 antes de que se arrugue”
Personalmente soy de los que me pongo lo que me queda bien. No me considero víctima de la moda y las tendencias las adapto a mi estilo, mas no me adapto yo a ellas. Pienso que lo importante es vestirse según el estado de ánimo y siempre estar acorde a la situación o momento donde se esté presente, pues no me imagino “guardar” algo nuevo para usarlo en una ocasión especial… ¿Dígame si me muero? NO! Asi que, a sacarse ese "Cassette Latinoamericano" y a vestirse como mejor se sientan!

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