Te sorprende su presencia… Su imagen es un estímulo límbico que con cada pestañeo dilata tus pupilas… Tu respiración se acelera, se agudizan tus sentidos y se apresuran en percibir el más mínimo sonido y movimiento que rodea su fisionomía… Tu cerebro interpreta su voz y la transforma en impulsos nerviosos que recorren tu médula hasta el cerebro
II Acto:
Tu cerebro se activa… Millones de partículas se mueven dentro de ti… La sangre fluye con rapidez hasta tu corazón que excitado y eufórico por tus entrecortadas respiraciones, bombea esa sustancia roja y espesa… Un momento… Es sangre, si, sangre… Sangre que llena de vida y oxígeno a esa telaraña de venas que recorren tu cuerpo haciéndolo sonrojar ante su mirada… Sangre que llena los cuerpos cavernosos de tus pezones y los eleva hasta el cielo…
III Acto:
Sientes cada centímetro de tu cuerpo y como se eleva su temperatura… El sudor inunda tus manos, frente, pecho y axilas… Tu cerebro nuevamente se pone en guardia y libera las hormonas del deseo… ¿Qué es esto? ¿Qué sientes? No lo sabes, pero es placentero… Su nariz detectó las feromonas que desbocadas, salieron de tu cuerpo directo a su nariz a través de tu transpiración
IV Acto:
Clavas tus ojos en sus pupilas… Tu lengua repasa e investiga cada milímetro de tus deshidratados labios… No es suficiente… Sientes explotar y muerdes con extrema delicadeza la parte inferior de tus ya deshidratados y ahora hinchados labios… Tomas un respiro profundo, escuchas el eco del latir de tu corazón, la sangre fluye de derecha a izquierda, de arriba a… Vuelves a respiras y sientes como baja sin piedad hasta tu pelvis, sientes como el deseo circula entre tus piernas… ahhhh… Sientes perder la noción del tiempo… Un momento… Abres los ojos con la rapidez de un trueno y te das cuenta, que sólo ha transcurrido... UN SEGUNDO…
No comments:
Post a Comment