Desde que somos niños - sobre todo a los varones -, la sociedad siempre ha criticado cuando lloramos porque podemos mostrarnos como "débiles", es entonces cuando por un mismo instinto de autoprotegernos empezamos a esconder nuestros sentimientos para no ser calificados de cobardes. Comenzamos a tragarnos la rabia, disfrazar la tristeza y cuando llegamos a la etapa adulta, empleamos ciertas sustancias como las drogas y el licor para no sentirnos tristes.
Es un proceso que va desde la negacion de los sentimientos para complacer a otros, hasta el aparentar lo que realmente NO sentimos. Lo cierto es que a pesar de "ese" proceso, los sentimientos siguen alli, reposando en un alarmante y doloroso silencio; lo que por supuesto en algunos casos y al somatizar dichos sentimientos encerrados, terminan en enfermedades tan dañinas como el propio cáncer.
Todo humano en su vida desarrolla lo que yo llamo "El Condón Emocional", mejor dicho y para ponerlo en dos platos: Un mecanismo que nos desconecta del mundo exterior, al que acudimos cuando sentimos que alguna emoción podría causarnos daño, evitando por supuesto que podamos afrontarla y con ello intimar y ser intimado; palabras que aunque puedan sonar similares, son completamente DIFERENTES. Entiéndase por intimar, la creación voluntaria de un clima/ambiente de amor, confianza y respeto, usado para abrir nuestros sentimientos y expresarlos a la otra persona; mientras que intimidar es invadir y generar malestares.
Al igual que otros muchos mecanismos de defensa, existen ocasiones en las cuales podriamos hacernos adictos a éste "Condón Emocional" ya que ERRÓNEAMENTE tenemos la ilusion que nos hace inmunes a cualquier tipo dolor, como por ejemplo rupturas amorosas, muertes de seres queridos, problemas laborales, relaciones disfuncionales con nuestros amigos entre otros.
Por supuesto y de ante mano se los digo; no los estoy invitando a expresar TODO lo que sienten, pues como dice el refran "lo malo de haber dicho cómo te sientes, es que sientes haberlo dicho", pero es necesario saber que con el tiempo, éste "preservativo emocional" podría convertirse en una barrera infranquiable, con tuercas oxidadas por la soberbia y el orgullo, haciéndonos pensar que el "saber y el tener" son las metas más importantes; cuando en realidad - y según a mi criterio - lo realmente importante es "ser y sentir"
Texto adaptado del escrito "PRESERVATIVO EMOCIONAL" de mi amiga Virginia Navarro Badell
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