Después del origen de la creación del hombre, los reales motivos de la Santa Inquisición durante la Edad Media, cómo se construyeron las pirámides de Giza y dónde está Waldo; el misterio más grande sobre la tierra es saber de dónde demonios salió eso de, “todos tenemos un alma gemela en alguna parte del mundo”.
La mayoría de las personas - aunque me atrevo a decir que todas -, viven en una constante búsqueda de su “media naranja” o alma gemela, pensando que cada relación que se mantiene antes de encontrarla - si es que en realidad existe -, es solamente un paso en ese largo trayecto que llamamos vida amorosa.
Sexo, política, religión y amor son tema fuera de discusión, pues como reza el dicho “Entre gustos y colores no están escritos los autores” y a pesar de que existen personas que no creen en ese tipo de karmas o cualquiera sea el nombre que le demos a ésta constante búsqueda - Y ME INCLUYO -, es justo y necesario hacerles entender a las personas que sí creen, que ninguna relación, incluso si termina en las peores formas - léase cachos -, es un error, ya que cada relación cumple un propósito fundamental en esa caza por el alma gemela.
Sentirte orgulloso porque conquistaste el mejor partido de la noche, no es el propósito fundamental de esta cazería… ¡Deja de pensar en ti, como centro del universo! Entonces… ¿Cuál sería ese propósito? Apuesto que no tienen ni la más mínima noción. Opino que usar esas oportunidades - entiéndase relaciones - para transformar y construir el carácter, para con ello aprender de los errores; debería de ser el verdadero propósito de ésta constante búsqueda.
Sé que muchos habrán asentado la cabeza y dibujado una sonrisa retorcida en sus rostros como muestra de aprobación; pero sé también que la mayoría habrá fruncido el ceño y puesto su boca en forma de “S” como respuesta de negación o incredulidad. A los segundos, sólo les puedo decir que si no se aprende de los errores, les aseguro que vivirán en un círculo vicioso donde repetirán una y otra vez la misma lección; sólo que los nombres, caras y quien sabe si el sexo también, serán diferentes.
PD: No puede evitar escribir este post y no acordarme de Fey y su éxito noventero “Mi media naranja”
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