ESTE DEDITO FUE A LA ESCUELA, ESTE AL PARQUE Y ESTE...

Cuando se habla de sexo, la mayoría de las personas solo piensan en 1: Sexo Oral, 2: Coito, 3: Sexo Anal. El sexo como tal, es una ventana abierta a infinitas posibilidades que recorren la diversidad de gustos y preferencias. A través de los años hemos aprendido mediante fotos, videos, libros, revistas y pare usted de contar, cómo usar todas y cada una de las partes del cuerpo humano en el sexo, pero… ¿Les han enseñado que los dedos sirven para otra cosa además de agarrar el pene y senos?

Pocas son las personas que realmente han aprendido a usar sus dedos en el sexo. Particularmente más allá de ver los dedos como tenazas, los veo como transportadores de placer. Simplemente son geniales y excitantes. Los hay largos, cortos, gruesos, delgados, con y sin vellos, rectos, doblados, bonitos y feos; la variedad es amplia y contrastante.

El sexo sin el uso de estos transportadores de placer, bien lubricados ya sea con lubricante o con saliva, como juego previo al acto como tal; debería ser castigado con la eyaculación precoz de ambas partes. Sin embargo tal y como todo, el uso correcto de los dedos antes, durante y después del sexo tiene ciertas “reglas” o consideraciones a tomar:

1.- Es imprescindible tener las uñas cortas y limpias al momento de introducir los dedos en cualquier cavidad.

2.- El uso de lubricantes es un must en este tipo de prácticas. Si los dedos serán introducidos en la vagina, un lubricante a base de agua es la mejor opción. Si se introducirán en el ano, el uso de lubricantes aceitosos se considera como el Rolls-Royce de los lubricantes, ahora bien, si lo que se quiere es practicar fisting (introducción del puño en el ano), existen lubricantes cremosos especializados para ésta práctica. Ahora bien, si se introducirán en la boca, bueno… Sean creativos y utilicen líquidos y espumas comestibles.

3.- Existen condones para dedos, mejor conocidos como dedales. Si… Bienvenidos al 2010 señores, condones para dedos. En el caso de los practicantes del fisting, intenten con guantes de látex. Recordemos que la vagina de la mujer es una zona extremadamente delicada, por lo tanto el uso de estas gomitas es un punto a tu favor. Ventaja: Tu dedo no perderá la erección!

4.- El movimiento punto penetrante (de adelante hacia atrás), dejémoslo al pene señores. El hecho de tener un dedo dentro del cuerpo no quiere decir que sea totalmente placentero. Muevan su dedos de arriba hacia abajo y de manera circular. Recorran y exploren las zonas con la yema de los dedos.

5.- Usen TODOS los dedos. Tanto el pulgar como anular y el meñique suelen ser marginados durante la acción. Consejo: El pulgar es excelente masajeador del clítoris y el meñique es excelente para las cosquillas anales.

6.- Chupa, chupa y sigue chupando. Si se tiene una excelente higiene, no hay nada más excitante, placentero, delicioso y morboso que ver a tu pareja chupándose los dedos luego de haberlo introducido en tu cuerpo.

7.- Un dedos por vez. Nada de estar metiendo tres dedos – en la cavidad que sea -, de tajo. De la carrera sólo queda el cansancio. Lubriquen, jueguen, exploren, exciten y luego con el consentimiento de la otra persona, introduzcan los dedos que quieran.

8.- A LOS HOMBRES HETEROSEXUALES: La próstata es el “punto G” del hombre y se encuentra detrás de la zona del pene, es decir, sólo se tiene acceso a él, mediante la introducción del dedo por el ano. ACLARATORIA: Esta práctica no tiene en lo absoluto ningún signo de homosexualidad, sino por el contrario, es una zona de extremo placer que los hombres por cuestiones de cultura no se permiten experimentar.

9.- A LOS HOMBRES HOMOSEXUALES: El ano no es un florero. Introducir cuatro dedos al mismo tiempo no dará placer extra a menos que la persona pasiva los demande. Mientras introducen los dedos por el ano, masturben a sus parejas. ACLARATORIA: El hecho de que el dedo sea de menor tamaño y grosor que el pene, no queda excento a sufrir accidentes. Sean pacientes, precavidos y delicados.

10.- Lame, sopla y toca. Nada más excitante que humedecer alguna parte del cuerpo con la lengua, luego soplar levemente mientras se dibujan figuras con la yema de los dedos. Créanme, sus parejas se lo agradecerán.