
Es simple. La vida nos depara a cada uno de nosotros una persona - la muy conocida media naranja -, pero está en nosotros el saber diferenciar entre las miles de personas que vemos a diario y aún poder reconocer a "esa" persona.
Ahora bien, aqui viene la otra parte del cuento... ¿Qué pasaría si encuentras un atajo a esa felicidad? Si de pronto y sin darte cuenta, "alguien" te abre esa brecha, ese camino... esa puerta. ¿Cómo saber si ese atajo es bueno? ¿Acaso nuestras madres no nos enseñaron que los caminos fáciles no llevan a nada bueno? Entonces... Tomas o no el atajo a la felicidad... ¿Qué me dices?
"Para ser felices es impresindible no lamentarnos nunca, reflexionar poco, soñar mucho y tener siempre una ilusión por la cual luchar"
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