Por ahí dicen que no se puede disfrutar de la felicidad sin haber sufrido antes. Me pregunto si realmente podemos ser felices tomando esos pequeño "atajos" que nos ofrece la vida. Si bien todos sabemos que el amar duele - y mucho -, tambien sabemos que ese sentimiento, luego de haber sufrido y muchas veces haber llorado por el, nos llena de una felicidad inmensa que nos transporta a otro mundo.
Es simple. La vida nos depara a cada uno de nosotros una persona - la muy conocida media naranja -, pero está en nosotros el saber diferenciar entre las miles de personas que vemos a diario y aún poder reconocer a "esa" persona.
Ahora bien, aqui viene la otra parte del cuento... ¿Qué pasaría si encuentras un atajo a esa felicidad? Si de pronto y sin darte cuenta, "alguien" te abre esa brecha, ese camino... esa puerta. ¿Cómo saber si ese atajo es bueno? ¿Acaso nuestras madres no nos enseñaron que los caminos fáciles no llevan a nada bueno? Entonces... Tomas o no el atajo a la felicidad... ¿Qué me dices?
"Para ser felices es impresindible no lamentarnos nunca, reflexionar poco, soñar mucho y tener siempre una ilusión por la cual luchar"
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