Ante semejante disyuntiva que se me ha presentado, mi amigo el Sr. Cerebro se ha tomado unas vacaciones dejándo como suplente a mi otro no tan amigo el Sr. Corazón. Mi amigo el Sr. Cerebro, siempre tan exquisito a la hora de digerir y degustar mis acciones y conflictos diarios, se limita a unir sólo dos emociones al mismo tiempo con el fin de crear una plato excepcional llamado: "Respuesta a mis problemas".
En su ausencia por vacaciones - tranquilo... las tienes bien merecidas - , el Sr. Cerebro ha dejado al ya mencionado no tan amigo Sr. Corazón; éste tan práctico como siempre decidió que me hacia falta algo más criollo, con más sazón, algo que me cayera literalmente FATAL para ver si aprendo a digerir TODO sin ser tan COMEDIDO con mis emociones y vació en una olla todos los sentimientos que tenía el cerebro en su despensa, haciendo de ello un verdadero sancocho de emociones.
Al ver el desastre que habia hecho, trato de compensarlo llevando todo a un pote de Nutella, pues él había escuchado cuando la Sra. Lengua le dijo al Sr. Cerebro que el chocolate resolvía todo... Lo que no se percató el Sr. Corazón es que no era cualquier chocolate, sino el Toronto y no la Nutella... ¡¡¡ Sorpresa !!! El sancocho sigo igual de amargo, conflictivo y depresivo; y el Sr. Estómago se fue a un paro laboral indefinido, hasta que se solucione el problema.
Pero no todo es tan mal... Mis amigos los Hnos. Ojos me dijeron: "Si tanto lo quieres pero no consigues cómo traerlo, déjalo todo en nuestras manos, nosotros te lo traeremos pedacito por pedacito de contrabando. Luego matizamos con unos toques de personalidad !
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